Según Global Markets Insights Inc., la computación en nube sanitaria tendrá un valor de 55.000 millones de dólares en 2025.
Teniendo en cuenta que la escalabilidad y el almacenamiento son expectativas antiguas, las organizaciones sanitarias actuales recurren cada vez más a la tecnología en nube por sus impresionantes características de colaboración, accesibilidad, eficiencia y seguridad, por nombrar algunas.
De hecho, los beneficios de la computación en nube en la sanidad han aumentado, ya que se ajusta a las normas de cumplimiento del segmento, como la Ley General de Protección de Datos (LGPD), además de proporcionar una atención al paciente personalizada y a distancia.
Básicamente, la computación en nube es una entrega bajo demanda de recursos informáticos, como almacenamiento de datos, servidores, bases de datos, recursos de red, aplicaciones, a través de Internet por un proveedor de servicios.
Esto significa que, en lugar de tener que invertir en equipos in situ, formar a personal especializado y ocuparse del mantenimiento, las organizaciones dejan que los proveedores de servicios en la nube se ocupen de ello.
Se considera que la computación en nube en la sanidad impulsa la transformación digital
Lo que hace especialmente atractiva a la nube hoy en día es su seguridad. Comparada con la infraestructura local, la nube se considera una opción más segura.
Según un informe de McAfee, el 52% de las organizaciones tienen mejor seguridad en la nube que en los entornos informáticos locales. Mientras que Gartner predice que, en caso de problemas de seguridad, el 95% de ellos serán culpa del cliente. Esto también la convierte en la opción más segura.
Con todo lo que la nube puede ofrecer, no es de extrañar que esté a la vanguardia de la transformación digital. Y la pandemia mundial de Covid ha acelerado aún más la demanda de servicios de computación en nube por parte de los clientes.
A finales de 2019, muchos expertos en tecnología ya apostaban por la nube para liderar las tendencias tecnológicas del próximo año. Pero nadie podía prever entonces la repercusión que tendría en 2020.
Como en muchos otros segmentos del mercado, la aplicación de la computación en nube a la sanidad está impulsando cambios positivos de diversas maneras.
Ya sea para reducir costes y poder centrarse en actividades de misión crítica optando por una infraestructura externa o para aprovechar servicios altamente flexibles y personalizables aprovechando las capacidades de almacenamiento y Cloud Computing.
La aplicación de la computación en nube puede ayudar a optimizar los hospitales y otras instituciones sanitarias mejorando la coordinación de la atención al paciente. Pero esta es solo una de las muchas ventajas de integrar servicios en la nube en el sector sanitario.
1. Colaboración en la nube
Compartir facilita la colaboración. Con la computación en nube, el proceso de compartir datos se ha vuelto mucho más fácil y sencillo.
Dado que la información sanitaria debe seguir siendo confidencial, con la nube los datos pueden compartirse de forma segura entre todas las partes interesadas en la salud, como médicos, enfermeros y cuidadores, también en tiempo real.
Además de compartir, también pueden acceder a distancia a informes e historiales médicos en cualquier momento y lugar.
La computación en nube también ha facilitado la atención a distancia, la actualización rápida de la evolución sanitaria y el estado de los pacientes, lo que la convierte en un compañero perfecto para los profesionales sanitarios.
2. Seguridad y protección de datos con la computación en nube
Los datos sanitarios deben seguir siendo confidenciales. La abundante información que alberga este dominio lo convierte en un punto de atracción primordial para los ciberdelincuentes, lo que se traduce en violaciones de la seguridad y de los datos.
La infraestructura en nube garantiza la seguridad, ya que cuenta con herramientas de seguridad específicas que pueden informarle sobre intentos sospechosos.
Además, dado que la nube actúa como repositorio de datos, los proveedores de servicios en la nube son extremadamente cautelosos a la hora de cumplir normas de privacidad como la HIPAA y la LGPD.
Estos proveedores de servicios recurren a distintos mecanismos de protección, como cortafuegos, cifrado, etc., lo que los convierte en la opción más segura y fiable para las necesidades relacionadas con los datos sanitarios.
3. Coste
La nube puede albergar una enorme cantidad de información a un coste mínimo. La computación en nube funciona según un modelo de pago por uso y suscripción, lo que indica que sólo hay que pagar por los servicios que se utilizan.
Al desplazar los presupuestos de TI de Capex a Opex, la tecnología en nube puede reducir en gran medida la infraestructura interna y otros costes operativos. En última instancia, hace posible incluso que los hospitales más pequeños con un presupuesto ajustado adopten un modelo basado en la nube.
4. Velocidad
La velocidad es un criterio importante antes de tomar decisiones sobre la selección de cualquier tecnología. Las herramientas basadas en la nube pueden actualizar y mejorar sus recursos a un ritmo encomiable con una intervención mínima, y también puede obtener actualizaciones en tiempo real de toda la información relevante.
Entre las ventajas de la computación en nube en la sanidad figuran una velocidad sin igual y un acceso más rápido a la información, que pueden superar los obstáculos que encuentran los agentes del sector y los pacientes. La tecnología en nube también ha cambiado el ámbito de la investigación clínica, facilitando la gestión de los ensayos clínicos y el intercambio de conocimientos.
5. Escalabilidad y flexibilidad
Las organizaciones sanitarias operan en un entorno dinámico. La nube facilita las tecnologías utilizadas en la asistencia sanitaria, como los historiales médicos electrónicos, las aplicaciones móviles, los portales de pacientes, los dispositivos habilitados para IoT y el análisis de macrodatos. Proporciona escalabilidad y flexibilidad sin complicaciones, lo que a su vez mejora el proceso final de toma de decisiones.
Además de la disponibilidad 24 horas al día, 7 días a la semana, los proveedores de servicios sanitarios necesitan ampliar drásticamente los requisitos de almacenamiento de datos y de red en función de la demanda de servicios.
La tecnología en nube puede aumentar o reducir estos requisitos de almacenamiento según lo necesiten los profesionales sanitarios.
La computación en nube aún tiene mucho camino por recorrer en el sector sanitario. Su combinación con tecnologías innovadoras como el análisis de macrodatos, la inteligencia artificial y el internet de los objetos médicos mejora la eficiencia y abre múltiples vías para racionalizar la prestación de servicios sanitarios.
Aumenta la disponibilidad de recursos, la interoperabilidad y reduce costes. Con tantas ventajas, no hay razón para no optar por el Cloud Computing.
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